sábado, 10 de noviembre de 2012

La burbuja del fútbol

Aunque muchos dirigentes y políticos hayan querido mirar hacia otra parte, la situación de quiebra técnica de algunos clubs del fútbol español presagiaba situaciones como las que vive hoy el Deportivo. El club de La Coruña renqueaba financieramente desde hace años, como tantos otros en la llamada Liga de las Estrellas por un grave endeudamiento que tapaba la carismática y singular figura de Augusto César Lendorio, un presidente a sueldo convertido en la imagen de los despilfarros de la década de oro del fútbol español.

La asfixiante deuda de los clubs con la Agencia Tributaria ha llevado en lo que va de año a recaudar 132,9 millones, de los que 55,3 millones se corresponden con embargos de bienes o derechos. A 1 de enero de 2012 la deuda de los clubs españoles ascendía a 752 millones y en los que va de año se han llevado a cabo 278 actuaciones de embargo, entre ingresos por taquillas, derechos audiovisuales, créditos por quinielas y derechos federativos. Es el pozo en que ha caído el fútbol español . Hacienda ha embargado ahora todos los ingresos del Deportivo por la deuda que mantiene con el fisco, que alcanzaría los 34 millones de euros, según reconoce el club. La única salida posible es ya el concurso de acreedores.

La Liga española ha venido a ser durante los últimos 20 años como una especie de ‘paraíso fiscal’ asumido por el Estado, que desde la conversión de los clubs en sociedades anónimas no ha querido encontrar fórmulas para limitar los despilfarros. Han campado a sus anchas una determinada clase de empresarios y políticos locales dispuestos a ganar protagonismo social con el fútbol y, en muchos casos, con la idea del enriquecimiento personal en operaciones de dudosa legalidad. Un mundo sin límite salarial, sueldos astronómicos y fondos de inversión fichando y traspasando futbolistas con sus consiguientes plusvalías, dinero negro, y cajas B, mientras el país afrontaba el pinchazo de la burbuja y se asomaba al precipicio de la quiebra.

Para todos los desmanes siempre hay un final. Y la brutal crisis económica ha impuesto el orden a que obliga Europa. El ministro Montoro ha decidido actuar en las recaudaciones de Hacienda y también en el desmadre de la Liga de las Estrellas. No había otro camino que acabar con la ficción, si en la mayoría de países del continente el endeudamiento ilimitado está perseguido con ejemplares descensos de categoría o incluso castigado con la desaparición de los clubs.


Publicado en www.diariogol.com

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