El colombiano Falcao es ya el nuevo ídolo de la afición del Atlético por sus goles y su implicación con el club
Nada más pisar el Calderón sorprendió con una declaración llena de empatía, dirigida a los 10.000 aficionados que festejaban su fichaje. “Cada partido lo voy a jugar con el corazón”, les dijo sin dudar. Y no parecía fingir. Aquella confesión de Radamel Falcao la ha cumplido ya en el primer mes sobre el césped. Cinco goles en cuatro partidos, una presencia brillante y generosa en el campo y, sobre todo, la implicación con el club han llevado al delantero colombiano a conseguir el mejor inicio de campeonato que ha tenido nunca una gran figura en el Calderón. Lo que antes se les negó a otras estrellas queridas en el Manzanares, como Hugo Sánchez, Futre, Vieri, Torres, Forlán o Agüero, cuya reciente marcha había dejado mucha frustración.
Con ‘El Tigre’ colombiano, el Atlético ha encontrado pronto a su nuevo ídolo, un nuevo referente con el que limpiar las heridas que dejaron la fuga del Kun al City y el traspaso de Forlán al Inter. Fue un claro fin de etapa que forzaron al club a volver a apostar fuerte, y pagar 40 millones de euros al Oporto, por uno de los delanteros más efectivos del año pasado. Falcao es el fichaje más caro de la historia del Atlético, pero garantizaba goles (marcó 73 en los 88 partidos en la Liga portuguesa), buena imagen y carisma mediático para poner tierra sobre el pasado rojiblanco. Visto el rendimiento espectacular del jugador de Santa Marta, formado en el Millonarios y el River Plate, todos celebran hoy la elección, y hasta el presidente, Enrique Cerezo, se vanagloria del acierto: “Miramos el futuro con mucha ilusión. Para nosotros el Kun ya es página pasada. Nosotros tenemos ahora otras miras, otros jugadores y otros ídolos”.
Nadie imaginaba, sin embargo, que la adaptación de Falcao fuera tan rápida y perfecta, ni tampoco se contaba con su humildad para encajar en las necesidades del club. “He venido para ser uno más”, les repite con su confesada vocación religiosa. Falcao cree ciegamente en Dios, y no esconde que a su esposa argentina la conoció en una iglesia. Después de su espectacular partido ante el Sporting --marcó dos goles, le anularon otro legal, propició un autogol del rival y envió un remate al palo --quiso expresar su felicidad en twitter con unas palabras de Jesucristo: 'Porque me has visto, has creído. Bendecidos los que no han visto y, sin embargo, creen'.
También el técnico, Gregorio Manzano, alaba, sobre todo, la categoría humana del nuevo fichaje. “Por encima de los goles está su humildad. Es una gran persona que ha calado muy bien en el vestuario. Ha sido un gran acierto”. Lo piensa también la grada del Calderón, apasionada y febril en sus reacciones. A los gritos de ‘Radamel, Radamel’, la afición del Atlético ya corea su nombre. El colombiano les ha encandilado con sus goles y acrobacias, pero, sobre todo, por su ánimo ganador. Excelente rematador de cabeza, lo que más ha seducido de Falcao es su constancia en los partidos, su movilidad constante e inteligencia natural para estar en el lugar adecuado en busca del mejor remate. Una voracidad que llevó a sus compañeros juveniles del River Plate a apodarle ‘El Tigre de la cancha'. Después ya todos le llamaron así. Ilusionado ahora en su nuevo club, Falcao ya ha empezado a devorar cualquier recuerdo del ‘Kun’ y el Atlético, con sus goles, se postula como un candidato para la Liga.
Publicado en La Vanguardia 24-09-2011