domingo, 30 de octubre de 2011

No hay que enfadar a Leo

Tiene razón Guardiola en que las crisis anímicas de Leo Messi son imaginarias, y que solo están en los medios de comunicación. No hay ningún jugador que le supere en constancia y ambición, y es peligroso cargar las tintas sobre sus más flojas actuaciones, como la de Granada, donde estuvo por debajo de lo habitual, ya que se corre el riesgo de quedar luego en ridículo con los argumentos. El talento superdotado de Messi está tan fuera de duda que ni siquiera hacen falta partidos como el de ayer para reforzarlo.  Juega a una velocidad mayor y  está un peldaño por encima de los demás. Cuando se le cuestiona con especulaciones sobre su estado de ánimo, responde con sencillez y se inventa jugadas que a otros jugadores les son imposible. Ayer marcó tres goles en 29 minutos, con una asombrosa eficacia, y puso en rojo las premonitorias palabras de Cesc: “Si Leo está mal, cómo estarán los demás”.

Messi predispuso nuevamente al Camp Nou a hacer la ola, en un partido tan plácido que hizo olvidar los experimentos de la alineación, con Iniesta, Puyol, Piqué y Cesc en el banquillo, y Xavi descansando en la grada.  Cuesta ver a un equipo exprimir tanto la plantilla y la polivalencia sin que se note en los resultados, y parece ahora mismo la máxima de Guardiola para afrontar una temporada muy exigente en las tres competicones.El lujo del partido fue ver a Cuenca --con gol incluido--, y Deulofeu –con solo 17 años--lucir con naturalidad en el primer equipo. Son dos jóvenes que aún no son titulares en el B, pero son ambos extremos que abren el campo, que encaran el regate sin miedo. Escasean jugadores de ese corte, ideales para romper las defensas cerradas y el Barça los tiene en estos dos valores a los que Guardiola va a dar mucho juego.

Publicado en Diario Público    30-10-2011

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