viernes, 12 de octubre de 2012

Fin de la fiesta también en el deporte



Empujado por la crisis económica, el deporte español se predispone a entrar en el túnel de los recortes económicos, en un cambio de rumbo que presagia abandonos, precariedad y múltiples dificultades. Lejos quedarán los años dorados de las ayudas y subvenciones, porque las primeras noticias de esta nueva etapa ya son alarmantes: federaciones que no pagan a sus deportistas las cantidades prometidas, médicos y entrenadores despedidos en atletismo y una imagen como símbolo global: una doble medallista olímpica, la nadadora Mireia Belmonte, entrenándose en solitario, sin equipo, y prácticamente obligada a ‘emigrar’ a EEUU.
Algunos medallistas de Londres no han percibido ni un solo euro del dinero de las becas, correspondiente a los dos primeros trimestres de este año olímpico. Las federaciones se lavan las manos aduciendo la falta de liquidez y el resultado es un yermo panorama que pone en riesgo las carreras de nuestros mejores especialistas. La reducción de un 34% de las ayudas del CSD a las federaciones en los presupuestos del 2013 (de 48 millones de euros se pasa a 31) augura un ciclo de recesión, cuyos efectos son aún incalculables. La partida destinada a las federaciones no es el único recorte que afectará al deporte olímpico. También los centros de alto rendimiento recibirán sólo 10 millones, un 28% menos.

Técnicos y especialistas del deporte ya están advirtiendo de las consecuencias de esa drástica disminución de recursos. A partir de diciembre, como ya está ocurriendo en la federación de atletismo, se van a multiplicar los despidos y van a disminuir las becas propias, ayudas que permiten hacer realidad muchos de los sueños de los mejores deportistas españoles. Si decepcionante ha sido la participación de los atletas españoles en Londres, las predicciones con los recortes en las subvenciones apuntan a un regreso a la mediocridad de los años 70. Quedará el plan ADO, pero la crisis también amenaza su supervivencia tal como se ha desarrollado hasta ahora, cara a la preparación de los JJOO de Río de Janeiro-2016.

“No podíamos dejar que el deporte viviera a espaldas de lo que ocurre en la sociedad”. Así ha justificado Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, el ‘tijeretazo’ en los presupuestos federativos, que de 194 millones en el 2008 cayeron a 120 millones en 2011, y pasarán a ser de 61 millones en 2013. En la nueva etapa, adaptada a los imperativos de la nueva realidad económica, se impondrá –aseguran--, el objetivo del déficit cero. O lo que es lo mismo, se obligará a las federaciones a una reestructuración administrativa de todas sus áreas, la búsqueda obligada de patrocinios, reducción de gastos superfluos, concentraciones previas y competiciones de preparación, así como de los viajes al extranjero.



El fin no es otro que acabar con un ciclo de excesos, mala gestión y sueldos directivos abusivos en las federaciones peor gestionadas, pero, siendo justificable, la decisión trae consigo también un claro empeoramiento de las estructuras y la capacidad para motivar a los deportistas de élite. De hecho, es el anuncio del fin de fiesta, y puede que el primer paso para enterrar una época fructífera de apoyo, dedicación y ayudas al deporte de donde han salido muchos de los campeones de las últimas décadas.

Publicado en www.diariogol.com

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