domingo, 10 de junio de 2012

Italia vuelve a aferrarse a la ‘Juve’

En Italia se repite la historia y se persiguen los mismos sueños. Poco antes del 2006, la ‘Nazionale’, entonces entrenada por Marcelo Lippi, llegó al Mundial de Alemania salpicada por el escándalo del ‘calciopoli’ que terminó con el descenso de la Juventus a la Serie B. Aquel espinoso asunto del amaño de partidos alteró los cimientos del ‘calcio’, pero transformó el ánimo de la ‘squadra azzurra’ que fue capaz de sobreponerse y ganar el título mundial. También había sucedido así muchos años antes, en 1982, cuando Paolo Rossi, castigado con dos años de suspensión por un escándalo de apuestas, se convirtió luego en el máximo goleador del Mundial y en el jugador clave para que Italia conquistara el título. El fútbol italiano ha vuelto a vivir ahora un nuevo capítulo negro con otra investigación por fraude en las apuestas futbolísticas y arreglo de partidos, que provocó la salida de la concentración de Polonia del defensa Domenico Criscito. Una grave alteración en los planes del técnico Cesare Prandelli, que se ha tomado como un trampolín de impulso.

 Agarrados a la experiencia del pasado, los jugadores italianos han tratado de hacer oídos sordos a esa dolorosa investigación que ha vuelto a mancillar el ‘calcio’. Prandelli y la propia federación italiana han creado una barrera alrededor del equipo para que pueda ser capaz de dar lo máximo en las cuatro semanas del torneo. Y es lo que suelen hacer bien los italianos: competir, y hacerlo además cuando todo está en contra. Desde hace cinco días los italianos se han negado a hablar de otra cosa que no sea el partido frente a España. Y la ‘Nazionale’ amenaza ahora con volver a ser la Italia dura, competitiva y aguerrida de siempre.

La selección de Del Bosque se encontrará a un equipo imprevisible, que con Prandelli ha tratado de explotar variantes tácticas y un estilo distinto, con más querencia por el balón, del que tradicionalmente había tenido la ‘squadra azzurra’. Las bajas de Barzagli, por lesión, y Criscito, expulsado fulminanentemente de la concentración por el lío de las apuestas, están condicionando en la Eurocopa al seleccionador, que busca ahorra una táctica inédita ahora para sorprender a España. Del 4-3-1-2 habitual durante los dos últimos años, podría pasar al 3-5-2, con De Rossi incrustado entre los centrales para combatir a los creativos mediocampistas españoles. Es la alternativa que ha entrenado en la concentración. “Si no encontramos defensores para jugar con tres atrás, encontraremos un centrocampista, y de ese modo el inicio de las jugadas cambiará poco”, ha confesado sorprendentemente Prandelli, con la incógnita de cómo será ese semblante italiano, más defensivo, en el vital partido de debut.

En la Eurocopa, la Italia de Prandelli vuelve a ser, más que nunca, ‘bianconera’, de la Juventus. El campeón del ‘calcio’ aporta el núcleo duro de la selección, a seis jugadores claves en el juego de contención: el portero  Buffon, los defensas Barzagli, Bonucci y Chiellini; y los mediocampistas Pirlo y Giaccherini. Para un seleccionador que ha hecho bandera de un cambio de estilo contracultural para la ‘azzurra’, la vuelta a los orígenes y la tradición se justifica en las lesiones y los conflictos que han golpeado la estructura del combinado italiano.  “Los lesionados y las dificultades que hemos encontrado nos han hecho reflexionar”, ha espetado Prandelli, que sorprendió a España en el último amistoso que les enfrentó (2-1, en Bari, en agosto del año pasado). En el cambio de imagen y las variantes han influido también las derrotas en los últimos amistosos de preparación, especialmente el 0-3 ante Rusia. Y un consenso pactado entre técnico y jugadores para tratar de sacar partido de la experiencia y del dominio del estilo conservador que Italia maneja como nadie en las grandes citas. Con mucho en contra, Prandelli y sus hombres lanzan un aviso: “Italia volverá a ser protagonista en el Europeo”. 

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