Agarrados a la experiencia del pasado, los jugadores
italianos han tratado de hacer oídos sordos a esa dolorosa investigación que ha
vuelto a mancillar el ‘calcio’. Prandelli y la propia federación italiana han
creado una barrera alrededor del equipo para que pueda ser capaz de dar lo
máximo en las cuatro semanas del torneo. Y es lo que suelen hacer bien los
italianos: competir, y hacerlo además cuando todo está en contra. Desde hace
cinco días los italianos se han negado a hablar de otra cosa que no sea el
partido frente a España. Y la ‘Nazionale’ amenaza ahora con volver a ser la
Italia dura, competitiva y aguerrida de siempre.
La
selección de Del Bosque se encontrará a un equipo imprevisible, que con
Prandelli ha tratado de explotar variantes tácticas y un estilo distinto, con
más querencia por el balón, del que tradicionalmente había tenido la ‘squadra
azzurra’. Las bajas de Barzagli, por lesión, y Criscito, expulsado
fulminanentemente de la concentración por el lío de las apuestas, están
condicionando en la Eurocopa al seleccionador, que busca ahorra una táctica
inédita ahora para sorprender a España. Del 4-3-1-2 habitual durante los dos
últimos años, podría pasar al 3-5-2, con De Rossi incrustado entre los
centrales para combatir a los creativos mediocampistas españoles. Es la
alternativa que ha entrenado en la concentración. “Si no encontramos defensores
para jugar con tres atrás, encontraremos un centrocampista, y de ese modo el
inicio de las jugadas cambiará poco”, ha confesado sorprendentemente Prandelli,
con la incógnita de cómo será ese semblante italiano, más defensivo, en el
vital partido de debut.
En la
Eurocopa, la Italia de Prandelli vuelve a ser, más que nunca, ‘bianconera’, de
la Juventus. El campeón del ‘calcio’ aporta el núcleo duro de la selección, a
seis jugadores claves en el juego de contención: el portero Buffon, los
defensas Barzagli, Bonucci y Chiellini; y los mediocampistas Pirlo y
Giaccherini. Para un seleccionador que ha hecho bandera de un cambio de estilo
contracultural para la ‘azzurra’, la vuelta a los orígenes y la tradición se
justifica en las lesiones y los conflictos que han golpeado la estructura del
combinado italiano. “Los lesionados y las dificultades que hemos
encontrado nos han hecho reflexionar”, ha espetado Prandelli, que sorprendió a
España en el último amistoso que les enfrentó (2-1, en Bari, en agosto del año
pasado). En el cambio de imagen y las variantes han influido también las
derrotas en los últimos amistosos de preparación, especialmente el 0-3 ante Rusia.
Y un consenso pactado entre técnico y jugadores para tratar de sacar partido de
la experiencia y del dominio del estilo conservador que Italia maneja como
nadie en las grandes citas. Con mucho en contra, Prandelli y sus hombres lanzan
un aviso: “Italia volverá a ser protagonista en el Europeo”.
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