lunes, 11 de junio de 2012

El modélico campeón


La pasión por su oficio y el amor por el tenis conforman el secreto de Rafa Nadal. El día que ha sumado su séptimo Roland Garros para entrar en la leyenda, batiendo el histórico récord de Bjorn Borg, hay que admirar, más que nunca, la capacidad del mallorquín para conservar intacto el espíritu de lucha . El que ya es uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos se significa como ningún otro como un ejemplo de sacrificio, motivación y humildad, sabiendo preservar la erosión y el cansancio de estar siempre en primera línea. La privilegiada capacidad de superación de Nadal es su verdadero y excepcional talento, como el de Federer es la técnica y el de Djokovic es su fortaleza mental. Siempre el talento y la destreza van juntos, y también en el deporte. Y Nadal no sería el que es sin esa capacidad para trabajar realmente duro en cualquier situación, favorable o adversa, para intentar ser un poco mejor todos los días y aprender de los errores.

Nadal ya tiene más títulos de Roland Garros que nadie en la historia, y más victorias en París que Borg (52 por 49), la referencia de siempre. Posee ya 50 títlulos y el mismo número de victorias en Grand Slam (11) que el mítico  jugador sueco,  ya sólo superado por tres de los grandes mitos de la raqueta: Federer (16), el estadounidense Sampras (14) y el australiano Emerson (12). Ha logrado ser uno de los grandes nombres de la historia del tenis, pero lo increíble es ver que, recién cumplidos los 26 años, a Nadal no se le atisba un final a su ambición, ni tampoco parece que acuse el precio de la fama, el desgaste de los viajes o la autocomplacencia que muchas veces escribe el principio del abandono.

Nadal es el campeón modélico porque su virtuosismo va ligado a su esfuerzo, coraje y voluntad. Sabe, como los grandes pianistas, que sólo repitiendo escalas miles de veces se puede llegar a obtener y compartir después el inmenso placer de la música. Por eso Rafa sigue ilusionado como una promesa, repitiendo mecánicamente todos sus golpes en los entrenamientos, machacándose con su raqueta buscando la perfección, para poder vivir momentos tan sublimes como el de ayer en París.

No hay comentarios:

Publicar un comentario