¿Se cansará de desafiarse algún día Leo Messi? Todo el mundo del fútbol, rendido al talento
del argentino, se formula una pregunta que, hoy por hoy, continúa sin respuesta.
Messi sigue pulverizando todos los récords y el Barça embelesando a la afición
con un fútbol arrollador. Sus cinco goles frente al Bayer Leverkusen han vuelto
a ser una llamada de atención para el reconocimiento de un jugador incomparable, un talento natural
capaz de hacer con sencillez lo más difícil e imposible y que ahora, pese a no cansarse de ganar títulos, compite sólo contra sí mismo para poner los límites de lo que es capaz sobre un césped.
Sin perseverancia, esfuerzo constante y compromiso, Leo
Messi no sería el prodigio de futbolista que es, consagrado en el Barça como el mejor
del mundo. Partido a partido sigue desatando su especial alma competitiva, que no han tenido antes todos los más grandes. Ninguna
de las grandes estrellas del fútbol ha tenido el afán de superación ni la
ambición que sigue exhibiendo ‘la Pulga’,
empeñado en batir todos los registros como azulgrana. Al ver jugar a Messi se ve que no se cansa de
disfrutar y de superarse para erigirse en el artífice de muchos de los grandes
triunfos del Barça. Frente al Bayer ha vuelto a exprimir, de nuevo, esa
velocidad mental, física y técnica con que destroza a las defensas, y las
ridiculiza. Y con él, el Barça ha logrado un sensacional golpe de efecto en la Champions:
entra por quinto año consecutivo en los cuartos de final.
.
Es el reconocimiento a un estilo de
juego atacante y a una plantilla vertebrada en torno a Messi, que lidera con un
singular antidivismo. El argentino sigue asombrando por su sencillez y por la
forma humilde con la que digiere todos sus récords. Con sus cinco goles al
Bayer, Messi suma 148 goles en tres temporadas con Guardiola y lleva 49 goles
en la Champions, igualado ya a Di Stefano, pero la ambición de Messi, como
recalca su entrenador, no tiene límites. Si la verdadera medida del liderazgo es
la influencia, Messi ha sabido mantener la constancia, estimular sus propios retos y seguir siendo una amenaza permanente por su inconformismo, convirtiéndose en un referente de superación pese a haberlo ya ganado todo. Otro
en su situación podría vivir de los tres Balónes de Oro, pero Leo ha encontrado
la motivación en superarse a sí mismo, buscando sus retos al servicio del grupo
que le mima y protege.
Aunque asombre de Messi su velocidad mental,
física y técnica, lo que le convierte en un futbolista demoledor en el campo es
ahora un físico privilegiado y, sobre todo, su motivación insaciable. Agarrado a ella, hace
cosas que nadie ha hecho nunca, embellece el juego, crea espectáculo y genera
pasión. Explotar su prodigioso talento es otro de los privilegios
del Barça de Guardiola para agrandar el mayor ciclo de éxitos de toda su
historia.
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