Las
dificultades financieras por las que pasan algunos clubs de la Liga española están
dibujando un panorama dramático, que ha exigido una reacción desde los
organismos de poder del deporte. Al fin,
se han decidido a poner un límite al descontrol en los fichajes y a una
imparable deuda, que ya supera los 3.500 millones. Esa triste realidad de muchos
clubs españoles, en concurso de acreedores y al borde de la quiebra, retrata con crudeza un modelo económico insostenible.
Es el lado negro del fútbol español que
contrasta, paradójicamente, con la bonanza que vive la Federación Española de
Fútbol y su inagotable explotación de los éxitos de la selección.
El miércoles que viene España jugará un nuevo amistoso, esta vez frente
a Uruguay y en Qatar, el país que está ahora en el punto de mira por sus ‘generosos’
patrocinios deportivos --entre ellos, el Barça— y las sospechas de corrupción
para hacerse con la organización del Mundial 2022, denunciadas por el semanario
‘France Football’. Han salpicado a una trama de dirigentes, entre los que están
Ángel Máría Villar y Sandro Rosell. Nunca ha habido transparencia en el dinero que
financia el Emirato y, en medio de los
supuestos favores y pactos ocultos, lo único cierto es que la Federación se
embolsará tres millones de euros por un ‘bolo’ con sus internacionales. Continuará
así con una rentable explotación del título mundial por todos los continentes,
medida paliativa para sus arcas y que ha permitido al presidente Villar
renunciar a las subvenciones del CSD y, de esta manera, a la fiscalización de
las cuentas federativas que le pusieron contra la pared.
Los partidos de España y el
prestigio actual de sus futbolistas esconden la situación límite de muchos de sus
clubs, y la pérdida de prestigio de la Liga, mal gestionada y peor administrada.
La situación la quieren paliar ahora la LFP y el CSD con un nuevo reglamento económico que, a partir de la próxima temporada, controlará
a aquellas entidades que no tengan saneadas sus cuentas para impedirles fichar.
Son tiempos de apretarse el cinturón, salvo para la Federación, que exprime a
los internacionales españoles con alegría, buscando el dinero allá donde sea, Panamá,
México o los petrodólares de Qatar. A
Villar, preocupado únicamente por los contactos internacionales, le sigue yendo
bien mirar para otro lado.
Publicado en www.diariogol.com
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